ENERGÍA NUCLEAR APLICADA
Su Seguridad Industrial
Documento Analítico
La energía nuclear se libera espontánea o artificialmente a través de reacciones nucleares provenientes de material radioactivo. Su origen se remonta a 1896 cuando Henri Becquerel descubrió emisión de radiaciones a partir de algunos elementos químicos, de lo que luego determinó sus propiedades conjuntamente con Pierre y Marie Curie,y otros investigadores como Pauli, Clide Cowan, Fermi, y muchos otros eminentes y destacados científicos. Se había comprobado inicialmente que las mismas eran distintas de los ya conocidos Rayos X y que asimismo poseían propiedades diferentes, denominándose a los 3 tipos de radiaciones descubiertas como: alfa, beta y gama. Fue el inicio del conocimiento de la potencialidad de la energía nuclear para uso aplicado en el mundo moderno.
Actualmente, existiendo numerosísimas plantas destinadas a la generación de energía nuclear en el planeta Tierra, se produjeron 3 gravísimos accidentes datados por los sucesos de Three Mile Island en 1979, Pennsylvania, EEUU, el de Chernóbil en 1986, Ucrania y recientemente el de Fukushima, Japón en 2011.
La crisis nuclear desatada en Japón como consecuencia del terremoto y tsunami registrados el pasado 11 de Marzo 2011, fuera de los catastróficos y trágicos efectos generalizados sobre la población y el país, provocó daños gravísimos en la planta de energía de “Fukushima Dai-ichi”, ubicada a 250km de Tokio, perteneciente a la empresa “Tokyo Electric Power” (Tepco), dotada de 4 reactores adyacentes, en la cual trabajan actualmente arriesgando salud y vidas, más de 400 operarios destinados a tratar de paliar las consecuencias de dicho suceso.
Los daños, fuera de los sufridos intensamente en la infraestructura de la planta, se centralizan físicamente en la continua y creciente pérdida de material radioactivo proveniente de los reactores nucleares y de depósitos de combustible ya utilizado en la misma. Conforme lo han indicado las autoridades nucleares japonesas e internacionales, las condiciones actuales del desastre en Fukushima no son aceptables para la seguridad y futuro inmediato de la población local asentada en el área, el ecosistema en su conjunto, y lo más preocupante, las consecuencias inmediatas, no solamente para esa región del país, el propio Japón, sino por la contaminación que ya se está expandiendo en el planeta. Este marco se torna más agravante, pues se ignoran por ahora las condiciones hasta cuánto puede incrementarse la contaminación radioactiva de agua, suelos y ríos, mares y el medio atmosférico in situ, así como la expansión que en conjunto podría conducir a un desastre universal no registrado aún en nuestro medio.
La prensa mundial está informando diariamente algunos detalles de esta tragedia nuclear originada por fenómenos naturales y el hombre, pero lo que no se conoce tampoco aún son las normas de seguridad que el Japón y los demás países de la comunidad internacional con uso nuclear, puedan tener disponibles para su aplicación, de manera de poder prever y manejar esos desastres concretos de gran magnitud. La industria energética nuclear está regulada en el mundo, pero con muestras palpables de no disponer de garantías, previsiones y controles suficientes que aseguren el manejo de las consecuencias de dichos accidentes, que ya tuvieron lugar lamentablemente.
El costo de producción energética de origen nuclear obviamente resulta lo más apropiado económicamente a un país como Japón, carente de muchos otros recursos naturales renovables, pero la ecuación actual y futura plantea si dicha factibilidad energética, de no disponerse de mejores seguros para su manejo y aprovechamiento, podrá ser aplicada in crescendo en el mundo en el tiempo subsiguiente. La industria irónicamente afirma que se trata de energía limpia, no contaminante ambientalmente ni de tierra, agua y atmósfera, pero en los hechos ciertos, probablemente sea potencialmente la más contaminante, puesto que su magnitud y propiedades por un lado, y su control eficiente y seguro, aún no han podido ser garantizados por el hombre.
Consideración provisoria: el accidente de Fukushima ha demostrado lamentable y trágicamente que la política energética de la nación japonesa basada en el recurso nuclear por ahora, está fracasando en lo global, no habiéndose podido asegurar el reprocesamiento y aprovechamiento del combustible utilizado, que se deposita en peligrosas condiciones por un lado, fuera de la generación de energía de esa fuente que produce más gases de efecto invernadero de lo deseable y su alto poder contaminante. Finalmente, la responsabilidad indudable compartida conjuntamente entre la industria privada y la autoridad gubernamental, debiera ser analizada no solamente en Japón sino en el resto de los países usuarios de energía nuclear. Ello constituye una demanda y necesidad ineludibles por parte de la humanidad en su conjunto.
El caso de la Argentina, considerando su liderazgo y prestigio en la materia, no escapa naturalmente de esta realidad a pesar de su experiencia. Así, resultaría más que conveniente y necesario que la Comisión Nacional de Energía Atómica y las empresas responsables de las Plantas Nucleares de Atucha I y de Embalse Río Tercero y sus proyectos involucrados, actualizaren la revisión del conjunto de las normas de seguridad que son aplicadas para el manejo de dichas plantas, incluyendo las previsiones para accidentes, escapes radiactivos y demás condiciones que la extrema seguridad demanda para las mismas. Ello se torna imprescindible, considerando que la Planta de Atucha I entró en actividad en 1974, funcionando con uranio levemente enriquecido y agua pesada (D2O), y la de Embalse Río Tercero en 1984, provista con uranio natural y agua pesada (D2O), habiendo constituido las primeras de su género en el mundo.
Posición Plantas Nucleares, Japón
Fuentes: The Economist
Prensa Nacional
Prensa Internacional
Wikipedia
Dr. ROBERTO A. IBARGUREN - Inv. Asoc.
Grad. AGUSTINA JUÁREZ
Salta, Lunes 04 de Abril, 2011
www.ucasal.net/iaei
iaei-iaeiraiz.blogspot.com
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