LA ENERGÍA ELÉCTRICA DE ORIGEN EÓLICO
Documento Analítico
En la permanente búsqueda para lograr la disminución de las elevadas emisiones de dióxido de carbono en el planeta, provenientes de la actividad humana en general, diversos proyectos investigan fuentes posibles para tal fin. Uno de ellos se funda en el aprovechamiento de la energía eólica para la generación de electricidad, que está teniendo un desarrollo apreciable especialmente en los países industrializados dada su elevada aceptabilidad por la supuesta ausencia de contaminación, y rapidez de implementación.
Al respecto, la energía eólica obtuvo un crecimiento apreciable fundamentalmente partiendo precisamente de la reducción de emisiones de dióxido de carbono, en su aplicación industrial. El problema: es que ello aparentemente no es verdad, como lo demostraron recientes estudios al confirmar que la electricidad generada por energía eólica no reduce virtualmente las emisiones de dióxido de carbono, sino en una mínima proporción que se torna despreciable.
Para ello, en el IAEI hemos analizado una demostración de casos norteamericanos que adquieren especial importancia considerando que muchos países están demandando de golpe significativas cantidades de generación eléctrica a partir de recursos renovables. California, Estado densamente poblado v.g., requerirá recursos para obtener un 33% de su energía eléctrica a partir de fuentes renovables. En el mismo sentido, alrededor de otros 30 Estados norteamericanos, incluyendo Connecticut, Minnesota y Hawai, están requiriendo un mayor incremento en la producción de electricidad a partir de fuentes renovables en los próximos años.
Así, prevén que la energía eólica y no la proveniente de fuentes solares o geotermales, es la que deberá proveer la mayor parte de la electricidad necesaria. Ello se basa en que constituye la única fuente renovable capaz de proveer rápidamente la mayor parte de los requerimientos demandados. Pero al mismo tiempo, significa que muchos millones más deberán ser previstos en concepto impositivo para subsidiar la industria de la energía eólica y los altos consumos eléctricos destinados a las comunidades.
En la materia, se está demostrando que el aprovechamiento de fuentes de origen solar o geotermal como proveedoras de energía renovable no disminuirá las emisiones de dióxido de carbono por dos razones: 1) variabilidad e intermitencia de las corrientes de aire, 2) los generadores eólicos de electricidad preponderantemente utilizan energía proveniente de combustión de gas natural, por sobre la provista por plantas accionadas a carbón.
A casusa de la intermitencia de las corrientes de aire, la electricidad generada debe funcionar en plantas convencionales de sistemas permanentes, o eventualmente con actividad disminuida o elevada a través de generadores cíclicos. Los generadores a carbón y a gas están diseñados para funcionamiento continuo, caso contrario el consumo de combustible y las emisiones generalmente se incrementan. Ello se analoga al funcionamiento de un automóvil, el que a una marcha de 80 km/h/promedio tendrá una buena eficiencia, emitiendo menos contaminación por distancia recorrida, en comparación a otro que pare y arranque repetidas veces.
Investigaciones referidas a la sostenida teoría de reducción de las emisiones de carbón por parte de la energía eólica, fueron precisadas recientemente por la Empresa “Bentek Energy”, con datos para los Estados de Colorado y Texas, concluyendo que a pesar de las grandes inversiones que demanda la electricidad proveniente de energía eólica, la misma ha tenido un mínimo impacto sobre la reducción de las emisiones de dióxido de carbono. Dichas dataciones fueron reafirmadas por la Administración de Información de la Energía (US Energy Information Administration – EIA), al igual que los informes de este año proporcionados por el Departamento de Energía a través del Laboratorio Nacional de Energía Renovable (Department of Energy, The National Renewable Energy Laboratory), con datos similares a las conclusiones obtenidas por la EIA.
Concluyendo: a) el carbón emite no menos del doble de CO2 durante la combustión del gas natural; b) la generación eólica de electricidad mayormente necesita de gas natural debido a que los generadores funcionan con un costoso sistema de producción convencional de electricidad. En consecuencia, si las regulaciones realmente se basan en la preocupación de la reducción de las emisiones de carbón y la polución del aire, las mismas debieran seleccionar la generación a partir del gas natural por sobre el carbón, como fuente de energía. Ello debido a que la disponibilidad de gas natural actualmente es capaz de cubrir suficientemente las necesidades del país, al menos por una centuria, lo que ocurre en muchos otros países. Además, los subsidios previstos en los EEUU para la energía eólica son 200 veces superiores respecto a los previstos para petróleo y gas natural, calculados sobre la base por unidad de energía producida. En definitiva, las alternativas disponibles por ahora, no son capaces de disminuir la emisión de dióxido de carbono en la atmósfera para la generación de electricidad.
Fuentes: US Energy Information Administration – EIA.
Department of Energy, The National Renewable Energy Laboratory.
Kevin Forbes – Director Centre for Study of Energy and Environmental Stewardship, Catholic University of America,
Washington DC.
“Power Hungry: The Myths of “Green” Energy and Real Fuels of the Future”, Manhattan Institute.
The Wall Street Journal.
Ignacio Ibarguren, Director TYR Energy (Collaboration).
Dr. ROBERTO A. IBARGUREN - Inv. Asoc.
Grad. AGUSTINA JUÁREZ
Salta, Jueves 16 de Septiembre 2010
www.ucasal.net/iaei
iaei-iaeiraiz.blogspot.com
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