miércoles, 2 de febrero de 2011

LA CRISIS DE “MÁS ALLÁ” DEL EGEO (AEGYPTUS)

LA CRISIS DE “MÁS ALLÁ” DEL EGEO (AEGYPTUS)

Documento Analítico

El nombre Kemet, originario del país, significa “tierra negra” por los fértiles limos depositados por las sucesivas avenidas del Río Nilo, diferenciados de la tierra roja del desierto, propia del país situado en el Sahara, que contiene no obstante numerosos oasis. El nombre oficial árabe de Egipto es de origen semítico y significa “estrecho”, mitzráyim en hebreo, o sea “dos estrechos”, en referencia a la separación histórica de El Alto y Bajo Egipto. La designación en castellano de Egipto proviene en cambio del latín Aegyptus, derivada del griego, que significaba “más allá del Egeo”.

El país es una república unitaria y presidencialista, cuyo Jefe de Estado es el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas y representa al Poder Ejecutivo, promovido por elecciones populares durante períodos de seis años, sin límite de mandatos consecutivos, según su Constitución de 1971. Con Sistema Unicameral, la Asamblea del Pueblo (Majilis Al – Shaab), cuenta con un Consejo de Ministros, participando en la conducción varios partidos políticos. Posteriormente, el Presidente Mubarak por un referéndum reformó el sistema eleccionario por primera vez desde 1952, limitando el mandato presidencial a siete años y dotándolo de dos Cámaras Legislativas.

Con el nuevo régimen, en 2007 las elecciones dieron por ganador nuevamente a Hosni Mubarak, dejando de lado a los Hermanos Musulmanes, principal grupo opositor. Se inferiría sin embargo, la existencia de numerosas irregularidades en la votación, de acuerdo a medios locales e internacionales de prensa.

La reciente crisis político institucional desatada en Enero 2011, revela claramente que el sistema constitucional del país aparece viciado debido a la ausencia de renovaciones en los cargos estratégicos principales y de mayor poder, que siguió ejerciendo sin solución de continuidad Hosni Mubarak luego de sustituir a Anwar el – Sadat, asesinado el 06 de Octubre de 1981 en pleno desfile militar en El Cairo. Dicho exceso de continuismo en el ejercicio del poder absoluto, abrumó definitivamente a la totalidad de las clases sociales, que se volcaron a la Plaza de la Libertad Tajrir, en demanda de un cambio total en la conducción del país.

No únicamente dicho exceso en el ejercicio del poder afectó a la población egipcia, puesto que las condiciones socioeconómicas imperantes desde hace mucho tiempo, de ninguna manera satisfacen ni son aceptables para afrontar el costo de vida. El salario mínimo mensual actual egipcio es de 300 Libras Egipcias (40 Euros), cuyo valor equivale al de una comida en un hotel 5 estrellas de El Cairo, sobre el Nilo. Al mismo tiempo, fueron limitadas las libertades políticas, evidenciándose la gradual transgresión a los derechos humanos por parte del gobierno, incluyendo una política muy intransigente con la Hermandad Musulmana, principal grupo de oposición política, basada en la amenaza del fundamentalismo, conforme los principios vigentes en muchos países árabes.

La crisis muestra como principales líderes opositores al Ex Premio Nobel, Mohamed El Baradei, sin connotancia política importante, pero con trascendente y prestigiada tarea desempeñada en la Agencia Atómica Internacional. El Sr. Amr Moussa, fuerte líder dirigente de la Liga Árabe, y el actual Vicepresidente, Omar Suleiman, designado recientemente por Mubarak, ex conductor de la Agencia de Inteligencia Egipcia durante mucho tiempo, pero sin liderazgo político popular, sino más bien rechazado ampliamente. El Ejército que apoyó la estabilidad institucional del régimen de Mubarak desde el inicio del mismo, pareciera haber entrado en una etapa de comprensión y dependencia distinta, al anunciar públicamente que no reprimiría las manifestaciones populares pacíficas.

El histórico apoyo económico y político de los EEUU y de las demás potencias europeas, en general fue muy útil para sostener el poderío de la gran nación Sahariana de 80 millones de habitantes, en el concierto de las naciones occidentales y árabes en el mundo. Sin perjuicio de que pudiera producirse una metamorfosis adaptativa en este contexto, no caben dudas de que Egipto deberá superar esta profunda crisis actual en los inicios del Siglo XXI, para ofrecer a su población condiciones de vida más aceptables, mayor libertad y bienestar, desempeñando el rol que siempre le ha correspondido como líder de la cultura árabe. Ello proveerá ciertamente a una mayor estabilidad e integración entre el Lejano, Mediano Oriente y el Occidente.

La actual crisis egipcia, se inscribe de todos modos, a nuestro entender, en la histórica y permanente indiferencia e incapacidad política de muchos dirigentes, para proceder, captar y orientar a tiempo las distintas reacciones y anhelos humanos que producen las sociedades en su constante evolución de vida. Es indiscutible que no hubo reacción en tiempo y forma para ello y que Mubarak a pesar de su valioso esfuerzo dirigencial para su país, perdió el tren del tiempo y momento para dotar gradualmente a su pueblo de los cambios necesarios, que deberá materializarlos una nueva conducción política seguramente.


Fuentes:     El País
                The Economist
                La Nación
                Wikipedia
               

Dr. ROBERTO A. IBARGUREN - Inv. Asoc.
Grad. AGUSTINA JUÁREZ
Salta, Miércoles 02 de Febrero 2011
www.ucasal.net/iaei       
iaei-iaeiraiz.blogspot.com



“Nuestra Misión es contribuir educando e investigando de por vida, acorde la demanda de nuestra Comunidad”

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