lunes, 16 de mayo de 2011

LOS PUEBLOS “SHEM”


LOS PUEBLOS “SHEM”
PARTICION DE PALESTINA: ORIGEN DE LOS ESTADOS ARABE Y JUDIO

Documento Analítico

Los semitas, denominación análoga extensiva similar a otras de índole racial, conlleva denotaciones biológicas, culturales y lingüísticas, derivadas de etnias que provinieron del Desierto de Arabia. Esa familia lingüística incluye rasgos antiguos y modernos del acadio, amhárico, árabe, arameo, fenicio, el ge´ez, el hebreo, el maltés, el tigray y el tigriña, entre otros. La denominación se refiere a núcleos humanos de lengua materna semita, lo que al igual que cualquier otra denominación étnica, no implicita caracteres biológicos sino únicamente culturales y lingüísticos. Ello no obstó para que uno de los hijos de Noé se llamara Sem, según la historia bíblica, el que después del diluvio viviera en la misma zona geográfica. Posteriormente, el término lingüísticamente fue ampliado para referirlo a una gran familia de lenguas originarias del Cercano y Mediano Oriente, que se conocen como Semíticas.

Con relación al territorio de la Palestina, las Naciones Unidas (ONU) el 29 de Noviembre 1947 decidieron en la Asamblea General en Nueva York, la aprobación de la Resolución Nº181, en vistas de la superación del histórico conflicto entre las comunidades judías y árabes, que se encontraban en esa instancia bajo la administración británica. El Plan de la ONU proyectaba dividir la porción occidental del Mandato en dos Estados: uno Judío, y el otro Árabe, incluyendo un área propia para Jerusalén y Belén, bajo control internacional. Las dificultades del Gobierno Británico para concretar dicho Plan, conjuntamente con la negativa de los países árabes de la Región para aceptarlo, generaron como consecuencia la Guerra Árabe – Israelí de 1948.

El Plan de la ONU para la Partición de Palestina, 1947

Las Naciones Unidas designaron para este efecto un Comité Especial para Palestina, con el mandato de resolver la disputa árabe – judía en el territorio, bajo la nominación de UNSCOP (United Nations Special Committee On Palestine). El mismo se integró por Representantes de once países miembros. Luego de varios meses, el mismo emitió un Informe Oficial el 31 de Agosto 1947, en el que la mayoría (Canadá, Checoslovaquia, Holanda, Guatemala, Perú, Suecia y Uruguay), recomendó la constitución de dos Estados separados e independientes, uno árabe y otro judío, con Jerusalén bajo administración internacional. Australia se abstuvo, y el resto de los países de la Comisión (India, Irán y Yugoslavia) apoyaron en cambio la conformación de un único Estado que incluyera ambos pueblos.

Así, el 29 de Noviembre 1947, la Asamblea Plenaria de la ONU votó el Plan de Partición de Palestina recomendado por la UNSCOP, con el resultado final de 33 votos a favor, 13 en contra y 10 abstenciones, al tiempo que efectuara ajustes en los límites propuestos entre los dos Estados, teniendo efectos la partición a partir de la retirada británica. Dicho operativo no contempló ninguna disposición de ejecución para el Plan, lo cual generó consecuencias complicadas para ello, dificultando su aplicación. La Resolución de la ONU fue apoyada por EEUU y en ese tiempo, por la URSS.

En aquel entonces histórico del Siglo XX, en el que recién se registraba el inicio de la descolonización de África, la ONU contaba con 57 Estados Miembros (actualmente totaliza 192), estando el mayor Bloque constituido por los 20 Estados Latinoamericanos, seguido por el de los 10  Países  Árabes e Islámicos, los 8 de Europa Oriental y los 6 Comunistas. 

Consecuencias del Plan

La generalidad de los habitantes judíos apoyó la creación de un Estado propio, pero criticaron la discontinuidad territorial concedida al mismo, que quedaba dividido en 3 Zonas separadas por vértices que lo hacían muy poco viable y de difícil defensa, al igual que el territorio designado para los árabes. Los líderes árabes rechazaron a su vez el Plan, argumentando que el mismo violaba los derechos de la mayoría que en ese entonces representaba el 67% de la población total (1.237.000 hab.), criticando asimismo que la mayor parte del territorio, 54% incluyendo el Desierto del Néguev que proyectaba el 45% de la superficie total de todo el país, se adjudicara al Estado Judío, que apenas aportaba el 33% de la población asentada.

Como consecuencia, dos semanas luego de ser aprobada la Resolución Nº181 de la ONU, la Liga Árabe aprobó un dictamen que rechazaba frontalmente la misma, alertando que para evitar la aplicación del Plan de Partición emplearía todos los recursos a su alcance, incluyendo la intervención armada. La reacción y amenazas árabes, finalmente cumplidas, no tuvieron respuesta por parte de las Naciones Unidas. Al respecto, el Reino Unido se negó a aplicar el Plan de Partición, al que consideraba inaceptable para las partes implicadas, incluyendo su no intervención, pero compartiendo la administración de Palestina con las NNUU durante el período de transición recomendado por el Plan. El Gobierno Británico abandonó Palestina el 15 de Mayo 1948 en coincidencia con la fecha en que expiraba el Mandato Británico y un día después de que Ben Gurión (futuro Primer Presidente de Israel nacido en Polonia) leyese la Declaración de Independencia en el Museo de Tel Aviv. En esa misma sesión del Consejo del Pueblo, se decidió la derogación de las leyes represivas y anti inmigratorias del Mandato Británico, que limitaban la emigración masiva de nuevos colonos extranjeros a Palestina.

En el proceso cumplido, fuera de Palestina y del mundo árabe, la conformación del Estado Judío encontró un apoyo internacional bastante favorable, tanto en Occidente como en el Bloque Oriental de ese entonces. Al respecto, sin embargo, la Liga Árabe a través de su Secretario General Azzam Pachá, advirtió la inminencia de una invasión árabe armada, adelantando que sería una guerra de exterminio con matanza comparable a los estragos causados por los Mongoles y las Cruzadas. Dicha reacción militar liderada por los palestinos y apoyada por los países árabes, tenía como objetivo el borrar de la faz de la tierra al Estado Hebreo. La Universidad Islámica del Cairo proclamó en coincidencia la Guerra Santa contra el Sionismo y el 15 de Mayo 1948 las fuerzas armadas de Egipto, Trasjordania, Siria, Líbano e Irak, cruzaron las fronteras iniciando la invasión del Estado de Israel. Así, dio comienzo la Primera Guerra Árabe – Israelí. 

El equilibrio y la paz entre las Comunidades de la Palestina, no fueron alcanzados desde ese tiempo sin solución de continuidad, con los requerimientos de armonía y cooperación suficientes para que ambos Estados creados artificialmente en suelo palestino, pudieren garantizar el desarrollo sin conflictos de sus respectivos futuros institucionales en ese territorio situado entre Egipto, Jordania, Siria y El Líbano, con la cooperación del resto de los países árabes. Es decir, las NNUU crearon dos naciones ya preexistentes étnica y religiosamente, pero sin lograr que se instaurara una paz imprescindible en esa conflictiva región del mundo y se reconociera en su seno al Estado de Palestina, proceso que deberá aprobarse por votación. En verdad, a esa aspiración se opusieron y se oponen tradiciones culturales y religiosas milenarias incompatibles, con trayectorias de difíciles entendimientos y enérgicos rechazos mutuos, estando sustentadas en principios y creencias muy profundas y discordantes, aunque no insuperables.

Culturalmente, las influencias derivadas de las tradiciones fenicias, judías y egipcias principalmente, prosiguieron actuando sin discontinuidad, incidiendo directamente en los comportamientos de los pueblos que las heredaron y son partes de esos patrimonios culturales. No en otro plano de entendimiento, se hace posible interpretar los contenidos y principios de la Yihad.

Plan de la ONU para la Partición de Palestina de 1947





Fuente: Wikipedia


Dr. ROBERTO A. IBARGUREN - Inv. Asoc.
Grad. AGUSTINA JUÁREZ
Salta, Lunes 16 de Mayo, 2011
www.ucasal.net/iaei       
iaei-iaeiraiz.blogspot.com


“Nuestra Misión es contribuir educando e investigando de por vida, acorde la demanda de nuestra Comunidad”

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