martes, 3 de agosto de 2010

BIOCOMBUSTIBLES, ¿LA ERA DEL ETANOL?

BIOCOMBUSTIBLES, ¿LA ERA DEL ETANOL?

Documento Analítico 1

Grupos Empresariales Privados involucrados en la producción industrial en EEUU, iniciaron una importante campaña promocionando la producción económica, segura, limpia y renovable de un carburante ya conocido y que finalmente no fuera adoptado en gran escala aún en ese país y en el resto del mundo, a excepción de Brasil, que es el etanol. Dando una idea de la dimensión de esta promoción, el Grupo Norteamericano “Growth Energy” (GE) inició su campaña recientemente en televisión con una inversión inicial de US$2.5 mill., asegurando “ninguna playa ha sido clausurada a raíz de derrames de etanol”, afirma en uno de sus slogans. GE planificó esta campaña antes del desastre provocado por la British Petroleum BP en el Golfo de México.

Con posterioridad a dicha tragedia ecológica, que aún continúa, el Presidente Barack Obama declaró, “que el tiempo para embarcarse en el futuro de la energía limpia ha llegado”. Consecuentemente, el mismo se basa en los biocombustibles como parte del mismo. Al respecto, la mayoría de los economistas energéticos en ese país, afirman que el desarrollo industrial de dicho carburante se debe mover sobre el etanol de maíz, que si bien es menos eficiente que el derivado de la caña de azúcar, evita la presión alcista sobre los precios alimentarios.

El nuevo “Combustible Renovable Standard (RFS2)”, que entró en vigencia en EEUU a partir del 1º Julio 2010, limita el uso de etanol convencional a 56.7 billones de litros (15 billones de galones) sobre los 136 billones de litros (36 billones de galones) destinados a combustibles renovables o biocombustibles que deberán ser usados para el transporte hasta 2022, anunciando el Gobierno Federal fondos adicionales para la aplicación de biocombustible proveniente también de algas marinas. La nueva generación de biocombustibles proviene por ahora predominantemente del etanol, sea de maíz o caña de azúcar, proceso exitosamente consolidado entre los años 2000 y 2008, en el que mostró un crecimiento del 1% al 7% sobre el abastecimiento de combustible en EEUU. Las regulaciones vigentes le dieron además al etanol otro respaldo, anunciando la Agencia de Protección Ambiental (EPA) que el etanol emite 20% menos de efecto invernadero en la atmósfera respecto a carburantes derivados del petróleo, aspecto muy conclusivo por cierto para la preservación del ecosistema.

La industria actualmente admite una proporción de mezcla del etanol del 10% sobre un carburante. La EPA no permite mezclas de más de esa proporción, para evitar corrosión en los motores, pero la industria automotriz aspira a elevar esa proporción hasta un 15% de etanol, pero esa regulación se encuentra aún en estudio para incrementar el porcentaje. Al mismo tiempo la industria automotriz está previendo la adaptación de motores para usar mezclas por arriba del 15% de etanol y gasolina, lo que demandará nuevos equipamientos en las estaciones de servicio, para la mezcla del carburante.

Este marco sobre materia prima para producción de carburantes orgánicos, señala que deberán analizarse las relaciones entre los biocombustibles provenientes por ejemplo de granos, caña de azúcar, etc., hasta lograr un equilibrio aceptable en la mezcla sin afectar los perfiles de precios de productos alimentarios destinados a uso humano y animal. En la Argentina, país que desarrollara exitosamente alconafta como carburante desde 1974 hasta 1986, también se analizan dichos equilibrios y proyecciones de extensión de carburantes mixtos orgánicos y fósiles, dado el potencial existente y el actual desarrollo de la industria, lo que se tratará en un próximo documento.


Fuente: TheEconomist
Dr. ROBERTO A. IBARGUREN
Inv. Asoc.
Grad. AGUSTINA JUÁREZ
Salta, Martes 06 de Julio 2010
www.ucasal.net/iaei
iaei-iaeiraiz.blogspot.com

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