lunes, 23 de agosto de 2010

LA CAPITAL DE LA REPÚBLICA, Y EL RESTO, LA NACIÓN



LA CAPITAL DE LA REPÚBLICA, Y EL RESTO, LA NACIÓN
Documento Analítico


La Constitución de la Nación Argentina (CN) estableció en 1853 que la Ciudad de Buenos Aires, otrora capital de la Provincia homónima, pasara a convertirse en capital de la República con gobierno inserto en la jurisdicción federal, con posterioridad a las guerras civiles que pujaban por las influencias del dominio del interior y el puerto. Paralelamente, el enorme y populoso conglomerado urbano denominado hoy Gran Buenos Aires, en permanente y desordenado crecimiento, conservaba la institucionalidad independiente propia de los municipios, conformando un concierto político heterogéneo e independiente. Actualmente el mismo totaliza casi 13 mill. de habitantes con innúmeras villas miseria que ya hicieran su aparición entre 1895 y 1914, mucho antes de la extinción de la eficiente red del transporte tranviario porteño, que posteriormente convirtiera lo que hoy es la ciudad, un caótico y peligroso complejo de tránsito.

En 1994 la reformada CN otorgaba a la ciudad capital Carta Orgánica propia, condición de autónoma y gobierno elegido democráticamente. Dicho régimen no se tradujo hasta el presente en un avance del manejo institucional y crecimiento planificado de su estructura urbana, la que desde 1536 por la creación por D. Pedro de Mendoza del asentamiento de N. Sra. del Buen Ayre y posteriormente en 1580 con D. Juan de Garay instituyendo la Ciudad de la Sma. Trinidad y Puerto de Santa María del Buen Ayre, continúa hasta el presente caracterizándose por una perjudicial asimetría confrontadora entre Nación y Capital del país, proyectando una innecesaria megacefalia.

En verdad desde que D. Juan de Matienzo, Oidor de la  Audiencia de Charcas en 1566 propusiera “abrir una puerta a la tierra” como salida del territorio del Potosí hacia el Atlántico, como contrapartida a la predilección de la España colonial de ese entonces sobre los puertos del Pacífico, no se desdibujó aún el dilema entre el puerto, la aduana y el territorio, acotado sobre Buenos Aires, que constituyó y constituye históricamente la ecuación que divide a los argentinos, aún incapaces de resolverla, privilegiando la centralización salvaje de los negocios y el comercio, en desmedro de un desarrollo más racional del resto del territorio y sus gentes, que los connacionales de hoy calificamos y resignamos irónicamente como: “Dios atiende en Buenos Aires”.

Así la puja de Buenos Aires vs. Provincias, con Alvear, Zarratea, el Tratado de Pilar, las guerras civiles fraticidas, unitarios y federales, continúa hoy con otro sesgo menos cruel pero igualmente doloroso para el futuro de la República y el bienestar esperanzado de sus habitantes, sin poder concretarse aún la organización definitiva  que proporcionare una paz justa y equilibrada, condición básica para el verdadero desarrollo de oportunidades en el vasto territorio argentino. En este marco, la difícil comprensibilidad del comportamiento político – civil de gobiernos federales, provinciales, municipales y consejos deliberantes, atenta en contra del progreso y avance de las comunidades, de la paz interior y del orden, en pueblos y ciudades, que cada día se descompone más con estadísticas trágicas e incontrolables, producidas por el crimen y la droga, el enorme déficit educacional y la pobreza, no únicamente en Buenos Aires y su conglomerado.

¿Habrán soñado esta realidad nuestro próceres fundadores?, cómo revertir en la actualidad este sesgo argentino que nos avergüenza ante el mundo?, estructuras políticas de oficialismos y oposiciones podrán mostrar y ofrecer mejores esperanzas a los ciudadanos de hoy y del futuro inmediato?. Qué reacciones asoman para poder empezar a creer en ello?. La historia inmediata nos irá proporcionando las respuestas, pero los argentinos no nos podemos abandonar y debiéramos aprontarnos para iniciar la lucha que nos corresponde con las prevalecientes dotaciones de ética, inteligencia y eficiencia!, caso contrario habremos demostrado incapacidad absoluta para manejar y administrar con éxito el conjunto de nación, provincias y municipios.  

Fuentes: Prensa Nacional e Internacional                               

Dr. ROBERTO A. IBARGUREN - Inv. Asoc.
Grad. AGUSTINA JUÁREZ
Salta, Lunes 23 de Agosto 2010
www.ucasal.net/iaei    
iaei-iaeiraiz.blogspot.com



“Nuestra Misión es contribuir educando e investigando de por vida, acorde la demanda de nuestra Comunidad”
                                                                   

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